LACTANCIA DE UNA MAMI DIABÉTICA

Desde que me quedé embarazada supe que quería darle el pecho a mi bebé. Idealicé el momento, quería darle todo eso bueno que me decían que tenía la leche materna y vivir esa experiencia. Quería hacerlo por ella y quería hacerlo bien. Leí mucho al respecto, fui a los cursos de preparación al parto, pregunté a todo el que pude, pero nada es suficiente, nunca se está realmente preparada.

Llegado el momento las circunstancias me lo pusieron más difícil, pero a cabezona no me gana nadie. Al final tuve un parto por cesárea y además ingresaron a mi hija en la UCI ocho días por riesgo de infección. Como podéis imaginaros no fue fácil instaurar una lactancia satisfactoria en esas circunstancias, pero pese a todo lo logré. En este sentido tengo mucho que agradecer a una de las enfermeras de la UCI por su paciencia y ayuda, sin ella probablemente no lo habría logrado. Me acompañó en toda la adaptación, me guió para saber colocar a la peque, me mostró cómo usar  el sacaleches para evitar obstrucciones y que me subiera la leche más rápido, cómo proteger los pezones con la leche, me aconsejó el Purelan, incluso me enseñó cómo masajear el pecho para deshacer los
nudos. Gracias a todo esto logré tener suficiente leche para que alimentasen a mi peque las noches que yo no pude estar cuando me dieron el alta en el hospital.

Una vez en casa, seguí dándole el pecho a demanda y poco a poco fuimos acostumbrándonos la una a la otra. Me encantaba que se durmiera en mis brazos, abrazarla y acariciarla mientras comía, me quedaba atontada mirándola (aunque también sufría muchos dolores por culpa de la cesárea). Sin embargo, las cosas no funcionaban del todo bien. Los primeros días lo achacaba a la intervención, el cambio hormonal, la subida de la leche, etc. Pero pronto pude comprobar que la lactancia a demanda alteraba mucho mis niveles de azúcar provocándome picos de glucemia entre 30mg/dl y 450mg/dl (soy diabética desde los 13 años y eso es malo, muy malo). La situación era insostenible, no podía seguir así. Las pediatras desde el principio me aconsejaron dar el pecho, pero ante estas circunstancias me recomendaron abandonar. Yo me resistí, me habían repetido tantas veces lo importante que era alimentar a mi niña con mi leche que no quería negárselo, simplemente no podía dejarlo, me sentía culpable sólo de pensarlo.

Decidí probar con una lactancia ordenada, la peque comería a demanda, pero yo me sacaría leche siempre después de comer en un horario establecido. Para una persona diabética es muy importante llevar una vida ordenada con horarios y controlar los hidratos de carbono y el ejercicio que se
hace diariamente, incorporando cualquier variación en sus pautas de insulina. El problema de la lactancia a demanda para una mamá diabética es precisamente el descontrol y falta de horarios. Además dar el pecho es equivalente a realizar un ejercicio intenso, por este motivo sufrí varias hipoglucemias severas.

Con las nuevas pautas logré llegar a una situación aceptable y pude seguir alimentando con mi leche a la peque casi cinco meses. Sin embargo toda la parte bonita de la lactancia se perdió, me convertí en algo parecido a una vaca lechera. Me "ordeñaba" al principio 6  veces al día y tardaba más de media hora. Muchas veces para ganar tiempo, mientras yo me sacaba la leche mi chico o mi madre le daban el bibe, yo era básicamente una productora de alimento. A veces soñaba con los sacaleches múltiples de Medela, esos que se pueden incorporar a la camiseta y que te permiten hacer otras cosas mientras extraes la leche...

A pesar de todo esto, me siento orgullosa de haber podido darle mi leche un tiempo. Estoy segura de que todo mi esfuerzo no ha sido en vano y estoy muy contenta de haberlo hecho.

Al final lo dejé poco a poco cuando tuve que volver a trabajar como tantas otras madres,  aunque imagino que lo habría dejado igual porque la rutina era realmente dura y mi azúcar no estaba bien regulado. La transición no fue nada difícil porque mi niña estaba ya acostumbrada a tomar biberón.

Si volviese a tener un hijo, lo volvería a intentar sin duda, pero si tuviese de nuevo complicaciones que supusieran un riesgo para mi salud, no me resistiría tanto en dejarlo y ya no me sentiría culpable. Entiendo que la leche materna es la mejor opción pero nunca debe estar por encima de la salud física y mental de la madre. Porque si la leche es importante para el bebé, todavía lo es más su madre.

Un abrazo,

Una Mamá diabética

PD: Esta es mi experiencia personal como madre diabética, sin embargo no quiere decir que le vaya a ocurrir lo mismo a otras madres diabéticas. No tengo datos ni conozco otras experiencias por lo que puede ser que otras hayan logrado controlar sus niveles de azúcar sin problema durante la lactancia.

9 comentarios:

  1. ¡Que interesante! y sobre todo de ayuda y apoyo....en mi caso tuve que anticoagularme y busque por miles de blogs y nadie había compartido su experiencia...ya me hubiese gustado leer algo así.

    Gracias por compartir.

    Un besote desmadroso

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  2. pues tú eres otra campeona, maja, como marialu, claro que tienes que estar orgullosa. enfrentarse a una lactancia complicada y seguir adelante tanto tiempo es digno de mención y reconocimiento.

    y no puedo estar más de acuerdo cuando dices que lo más importante es la madre. claro que sí, una mamá feliz es igual a un bebé feliz. ese fue y sigue siendo mi mantra.

    un beso

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  3. Lo q hacen las madres por sus pequeños. Eres un ejemplo. En esto de la lactancia, hay q sopesar los pros y los contras y también la salud de la mama.

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  4. Amiga de mis hijas, a mi me has emocionado, eres una madre muy fuerte, y eso que tu eres delgadita, pero fuerte como un roble..Ole por ti!! o como diría si te tuviera enfrente, " con dos cojones "... muacccccc guapaaaaa

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  5. Qué lástima que tuvieras que dejarlo, sobre todo cuando lo disfrutabas tanto! Pero mira: que te quiten lo bailado ;)

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  6. una lección de maternidad, GRACIAS!!

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  7. elpadredelasdoslunes, enero 28, 2013

    Me quito el sombrero.....

    Atención !!!!! abran paso

    esta pasando una MADRE con MAYUSCULAS

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  8. Todo un ejemplo, la verdad! :)

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